La inspiración de Lufthansa Allegris: relajación sobre el papel

«Dibujo siempre que viajo», confiesa Daniel Frost. «Es mi manera de descubrir y entender cada lugar nuevo». Para el ilustrador británico, captar pensamientos y momentos fugaces es algo natural cuando está de viaje. Sus cuadernos, repletos de garabatos, apuntes y bocetos, le sirven de inspiración en proyectos creativos de mayor envergadura como libros, juegos, pinturas e incluso esculturas. Por tanto, para Frost no supondrá un gran cambio crear una obra de arte durante su vuelo a San Diego. La novedad consiste en experimentar un vuelo con Lufthansa Allegris. 

El entusiasmo de Frost por el dibujo y la ilustración comenzó en su infancia. Sus padres les leían libros ilustrados y cómics a él y a su hermano pequeño. A su vez, los hermanos también inventaban historias y hacían dibujos para hacerse reír el uno al otro. «Lo que me encanta de las ilustraciones», explica, «es que uno se puede inventar algo y hacerlo realidad con tan solo un lápiz y un papel».

Esta vez, el creador voló con Lufthansa Allegris. ¿Su misión? Inspirarse en el diseño de la nueva Business Class para su siguiente obra de arte. 

El viaje empezó en Copenhague, ciudad en la que Frost vive y trabaja, desde donde salió en dirección a Múnich. Desde la puerta L21 del aeropuerto Franz-Josef Strauß de Múnich, el avión despegó con destino San Diego. Un miembro de la tripulación lo acompañó a su asiento, el 8K en la cabina Business Class de Lufthansa Allegris y, a continuación, a Frost se le iluminaron los ojos con alegría infantil al explorar el amplio salón de su Single Suite y sus servicios y descubrir el generoso espacio de almacenamiento y el armario personal, los auriculares con cancelación de ruido y la pantalla de 27 pulgadas. Hay incluso un minibar refrigerado detrás de la mampara de privacidad de 1,4 metros de altura, y el asiento ergonómico no solo se puede ajustar en distintas posiciones mediante una tableta de 10 pulgadas, sino que también se puede calentar o enfriar según las necesidades. Poco después del despegue, Frost empezó a crear. 

Con el cielo azul celeste brillando a través de la ventana, fue diseminando a su alrededor bolígrafos, blocs y trozos de papel con apuntes y bocetos. Las ilustraciones de Frost fueron tomando forma poco a poco en cálidos tonos amarillos y anaranjados, así como en un azul apagado, en lo que parecía un reflejo del calmado esquema de colores de la propia cabina. «Crear una gran obra de arte siempre es un gran reto para mí», admite Frost. «Para lograr un reto como este, hago muchas versiones reducidas hasta que me convenzo de que he dado con la tecla». 

Y vaya si lo ha logrado, incluso a altura de crucero. La comodidad de Lufthansa Allegris y la privacidad de su Single Suite le permitieron a Frost dar rienda suelta a su imaginación. En la ilustración final, la ventanilla del avión se convierte en un sol poniente. A su vez, la mampara de privacidad se transforma en un océano que fluye. Una persona relajada parece flotar completamente estirada, ingrávida y en una postura cómoda. «No se puede ver su cuerpo», explica Frost. «Es como si la persona estuviera a la deriva, completamente inmersa en un estado de relajación».

Después de más de cinco horas dibujando, Frost se tomó una pausa. «Para mí, volar es como soñar despierto», afirma. «Es perfecto para dejar vagar la mente y pensar en los lugares donde uno ha estado y adónde va. Sin duda, es un sitio fantástico para inspirarse». 

Próximamente, otros artistas despegarán con Lufthansa Allegris y transformarán sus viajes en historias. No te pierdas sus testimonios inspiradores.